dilluns, 8 de desembre del 2014

La lucha feminista (también) es responsabilidad de los hombres


Publico una columna escrita per la companya Idoia Capuz després de la xerrada que vaig realitzar el passat dijous 4 de desembre 2014 a la Facultat de Biociències de la UAB organitzada per l'Assemblea de ciències i Biociències sobre el paper dels homes a la lluita feminista:

Fotografia realitzada per @sssanjur de la xerrada


La lucha feminista (también) es responsabilidad de los hombres

El feminismo es un tema que ya de por sí genera polémica, como comentó la periodista Rosa Mª Calaf en la conferencia de Mujeres Viajeras (III Jornada de Comunicación, Viajes y Aventura): se trata de una lucha de poder. El sistema patriarcal –sociedad machista- procura desacreditar el feminismo “haciendo creer a las mujeres del sur que no hay nada que hacer, y a las del norte que ya está todo hecho”, explicaba la periodista. Imaginaos lo controvertido que puede llegar a ser para una mujer hablar de feminismo, además del papel que deben ocupar los hombres en la lucha feminista.
Este pasado jueves Rubén Sánchez, psicólogo, formador y activista feminista dio una conferencia sobre el tema en la Universidad Autónoma de Barcelona. En esta habló sobre la Deconstrucción Masculina: cómo los hombres, mediante un proceso lento y costoso, podían dejar de lado los privilegios que les había otorgado el patriarcado. Aclaró que no era una tarea sencilla, y que tampoco quería animar a los hombres a llevarla a cabo porque fuera gratificante, lo describía como un ejercicio de responsabilidad, un deber. De la misma manera animaba a los hombres a llevar este mensaje entre sus compañeros. En la asociación en la que milita, Aliats del feminisme luchan por llevar a cabo esta deconstrucción y por acabar contra la sociedad machista.
Rubén también habló sobre el papel que deben ocupar los hombres en los espacios feministas y en la lucha feminista en general. Y aquí es donde la polémica está servida. Explicó que el hombre debe ocupar un papel secundario, debe dar su apoyo y como mucho “organizar acciones conjuntamente con las compañeras”. También apuesta por los grupos de trabajo no mixtos, en que hombres y mujeres, por separado, trabajan el patriarcado desde puntos de vista distintos, según como les afecta y su implicación. “La lucha feminista debe estar dirigida por las mujeres, y yo sólo me empecé a denominar feminista cuando mis compañeras  me reconocían de este modo”. Algo parecido a lo que afirma Alexander Ceciliasson, reconocida figura masculina en la lucha feminista. Para muchos, y más en un sistema de dominación patriarcal, aunque hablemos de feminismo, estas afirmaciones les pueden resultar bastante chocantes y puede que lo primero que les venga a la cabeza sea la palabra “discriminación”.
Los colectivos feministas afirman que el patriarcado es una cosa de todos, porque “nos afecta a todos”, pero ¿quiénes son las vulnerables y quiénes los privilegiados? ¿Quiénes son las personas que deben empoderarse? En un sistema de dominación, como es el patriarcal, a la figura dominante también se le imponen unos roles, pero unos roles que a diferencia de los impuestos al oprimido, le benefician. ¿O es que quizás ha habido más de 45 hombres asesinados (mujeres asesinadas según datos del estado) por la violencia de género este año?  La lucha feminista no pretende crear un mundo dominado por las mujeres, ni mucho menos apartar a los hombres de la lucha, buscan construir un mundo en igualdad de derechos y, sobre todo, de libertades. Para ello creen necesario equilibrar la balanza. ¿Cuál es la estrategia? Los hombres deconstruyen sus privilegios y, de paso, se liberan de los roles y actitudes masculinas-con las que, además,  pueden no estar cómodos-. Por su parte, el pensamiento feminista defiende que las mujeres podrán empoderarse dirigiendo la lucha feminista, reivindicando la igualdad y formándose para plantar cara al mundo patriarcal en el que viven. En el feminismo no hay voluntad de discriminar al hombre, sino de dar el primer paso para que la lucha y los espacios feministas dirigidos por mujeres sean el precedente para que la mujer gane una mayor relevancia en los espacios de dominación masculina. Las feministas pretenden demostrar que la visión femenina también puede ser la dirigente.
A pesar de entender que el papel de la mujer debe ser el que guíe la lucha feminista, siguen generando problemas la separación en grupos no mixtos, y siguen surgiendo dudas sobre el papel que ocupa cada individuo en la lucha feminista:  ¿Cuál es el papel de las personas que no se consideran ni del género masculino ni femenino en estos espacios (andrógenos, intersexuales, etc.)? ¿Cómo rompemos con los roles impuestos por el género binario (hombre/mujer) si seguimos haciendo estas separaciones? ¿Cómo pueden hacer la deconstrucción los hombres sin caer en él “dar privilegios a las mujeres por ser mujeres”, sin caer en paternalismos? Sobre todas estas dudas y muchas más será necesario seguir investigando y reflexionando para llegar al objetivo máximo; hacer de este mundo un lugar auténticamente feminista, es decir, auténticamente igualitario. Como dice Marcela Lagarde simplemente “queremos la mitad de todo”.
Termino esta columna apostando para que el día 21 d'octubre, día de los hombres contra el machismo, cada vez se sumen más personas.  

Idoia Capuz



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